¿Qué son los sentimientos?
Los sentimientos son el resultado de una fórmula bastante sencilla, pero no por ello llena de complejidades. Podemos decir que los sentimientos son el resultado de la combinación que surge de mezclar nuestras emociones y pensamientos.
Dentro de esta fórmula, como se puede observar, existe una variable mental (pensamientos) y otra emocional (emociones).
Una de las diferencias principales entre estas dos variables, es que sobre una de ellas podemos ejercer nuestra influencia y sobre la otra no.
¿Qué quiero decir con esto?
Pues que las emociones, pese a que sí que podemos aprender a regularlas, en el momento en el que surgen no son controlables, ya que éstas se corresponden a una reacción o impulso fisiológico que hace que reaccionemos ante ciertos estímulos, cumpliendo una función adaptativa.
Las emociones, por tanto, son una respuesta de nuestro organismo ante determinadas situaciones, y es algo que surge sin más. Podríamos decir que las emociones, son las que nos hacen pasar a la acción, y tienen una función adaptativa que nos hacen reaccionar de un modo u otro ante una situación. Por ejemplo, cuando estamos ante una situación que puede representar un peligro inminente, el miedo, nos hace huir de esa situación o bien defendernos, de aquí la función adaptativa de la emoción.
Y la otra variable, sería el pensamiento, que es de origen mental. Y aquí entran en juego otros muchos factores, como por ejemplo; nuestras creencias, nuestros valores y principios, etc, … Básicamente, nuestra manera de percibir y entender nuestro mundo. Y esta es la parte que sí que depende de nosotros, porque nosotros podemos actuar sobre nuestros pensamientos.
En resumen, podemos decir que los sentimientos son de origen mental, y que dependen de nuestro modo de interpretar el mundo. De aquí que los pensamientos puedan generar sentimientos agradables o desagradables.
Y ello también nos lleva a la reflexión de que cada uno siente de un modo diferente, y que no hay nadie que sienta exactamente igual ante una misma situación. Por ejemplo, cuando vemos una película, podemos observar que ante una escena en la que tú puedes emocionarte y romper a llorar, otra persona no lo hace. Y, por el contrario, con otra película en la que tú no derramas ninguna lágrima, esa otra persona se emociona y llora.
Los sentimientos son de origen mental, y dependen de nuestro sistema de creencias. Y, es en base a nuestras creencias que juzgamos una situación, y al hacerlo generamos sentimientos agradables o desagradables, en función de si ese juicio está conforme a nuestros valores o no.
Por tanto, como conclusión podríamos decir que sentimos como pensamos, y que nuestros sentimientos son un reflejo de nuestros pensamientos. Así pues, los sentimientos se corresponden a la carga emotiva del pensamiento.
¿Para qué puede ser útil esta información?
Saber que nuestro estado de ánimo o la manera en la que sentimos, depende en gran medida de nuestros pensamientos, nos puede ayudar a identificar qué es lo que nos hace sentir mal ante determinadas situaciones.
Buscar el origen de este pensamiento, nos va a ayudar a entender porque nos sentimos de un modo determinado, y es a partir de aquí cuando podemos empezar a trabajar sobre nosotros mismos para poder regular las emociones que surgen de esta manera de pensar, y poder empezar a actuar para evitar sentirnos mal.
No se trata sólo de cambiar nuestra manera de actuar ante determinadas situaciones, ya que cambiar nuestras actitudes o conductas sería inútil a largo plazo, porque podríamos volver a caer en la misma dinámica de pensamiento.
De lo que se trata es de buscar en el origen, lo que nos hace pensar de esa manera, buscar en nuestro ser. Sólo cambiando desde este origen, podremos empezar a ver el mundo de otra manera, y así modificar nuestra actitud y nuestra conducta.
Muchas gracias por vuestra atención y hasta la próxima.
“Siempre vivimos las consecuencias de nuestros pensamientos”
Jean Pierre Garnier.
Muy bueno! Gracias tan siempre tu🤗
Gracias Milagros, celebro que te haya gustado 🙂